“La herida que sangra” es el segundo capítulo del proyecto expositivo iniciado con “Corte Revelado”, y se presenta como una exploración íntima y desgarradora del cuerpo-mujer como espacio de memoria y resistencia. Esta muestra parte de la herida abierta, aquella que aún sangra, para reflexionar sobre las violencias visibles e invisibles que atraviesan a las mujeres: desde el trauma y el duelo, hasta el peso de lo no dicho. El cuerpo se presenta como un archivo vivo que guarda fracturas, ansiedades, inseguridades, miedos y también ternura, rabia y fuerza.

La exposición propone una experiencia inmersiva y profundamente sensible, que no solo expone el dolor, sino que busca transformarlo en testimonio y catarsis. Al convertir el espacio en un territorio simbólico de memoria, invita a lxs espectadores a habitar la herida, confrontarla y procesarla colectivamente. Así, “La herida que sangra” no es solo una muestra visual, sino un acto de reparación, resistencia y reconocimiento.